jueves, 23 de junio de 2016

El precio de la electricidad

Por Orlando J. Ferreres - LA NACION
Con el congelamiento de tarifas, el gobierno anterior trató de crear la idea de que los servicios públicos eran casi regalados en nuestro país y consolidó eso por casi 13 años. Lo ayudó mucho el gran precio de las materias primas, con una soja que llegó a los 600 u$s/ton. No le importó que tuviéramos que dejar de ser un país autónomo en energía y que pasáramos a ser un importante importador. Esto ocurrió al no cubrir el precio de venta de los productos energéticos más que en una pequeña proporción de los costos de producción, lo que desanimó completamente las inversiones para aumentar la oferta. Además estos subsidios eran para todos los usuarios, sin distinción de necesidades económicas: clase media, pobres y ricos.

La política de ese populismo superficial era un callejón sin salida porque no había forma de sostenerla en el tiempo. Cada vez se requerían mayores importaciones de energía y ya desde el 2011 no se podía crecer pues de haberlo hecho hubiera explotado la importación de energía y además ya nos habríamos quedado casi sin reservas de divisas para pagarlas. Por suerte el precio del petróleo presentó una baja importante con lo cual la situación pudo sostenerse un tiempo más. Ahora que se corrigió el precio de venta de casi todos los servicios, aunque por ejemplo el del subterráneo aún no se aumentó, ese grupo político anterior trata de generar desconfianza protestando contra dichos aumentos, sabiendo que a nadie le gusta que le aumenten el precio de lo que compra y eso que sólo se efectuó una parte de la corrección necesaria.
En mayo de 1993 el precio de la electricidad residencial en la Ciudad de Buenos Aires estaba en 8,5 centavos de dólar por Kwh y ahora, después de los aumentos, se encuentra en 4 centavos de dólar por Kwh, es decir, que no llega ni a la mitad de aquel precio. Recordemos que en 2001 el precio era de 7 dólares por Kwh, pero que el gobierno que reemplazó a De la Rúa pesificó el precio y después devaluó 3 veces, con lo que en mayo de 2002 el precio había bajado de 7 a 2 dólares por Kwh. El último valor de los Kirchner era de 1 dólar por Kwh de electricidad en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, o sea que había bajado en 7 veces, lo cual significa una cifra incomprensible.

Por eso puede considerarse que ese tipo de protesta violenta de grupos políticos relacionados con el gobierno anterior muestra una hipocresía muy grande y una sinceridad muy baja: ellos sabían que habían hecho mal las cosas, que su política había llevado a perder el autoabastecimiento energético, pero ahora que se va corrigiendo esa insostenible distorsión, que se va llegando gradualmente a que los precios se acerquen a los costos, de lo cual aún estamos lejos, justo ahora ellos mismos se tiran desesperados a la calle protestando y diciendo: "¡Esto no puede ser!".

Y aquí no hablamos de algunos errores involuntarios en aumentos, que los hubo, sino del concepto de que se debe pagar lo que cuesta producir un servicio. Por ejemplo, se debe pagar lo que cuesta un Kwh de electricidad. Salvo para los desocupados y los más pobres, a todo el resto le corresponde ir cubriendo el costo de los servicios que demanda. Es necesario que haya algún subsidio, como había en la estructura de tarifas de los gobiernos anteriores al kirchnerismo, subsidio que se le debe otorgar a esa proporción de la población que no puede cubrir completamente con sus ingresos los costos de los servicios públicos.

Ahora bien, quisiéramos saber cuánto cuesta la electricidad por mes para una familia tipo que vive en una casa o departamento de unos 70 m2 en Buenos Aires, que es la zona con mayores subsidios.
Como puede verse, según el cuadro elaborado por Montamat y Asociados, el costo mensual de la electricidad con impuestos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) es muy bajo, aún después de las correcciones de las que tanto se queja el kirchnerismo. Es más barato aún que en Brasil, Chile, México, Estados Unidos o Uruguay. Sólo representa el 40 % del precio en dichos países, sin considerar Uruguay donde el precio es exageradamente alto. En la Ciudad de Córdoba, donde la electricidad la provee una empresa estatal, el precio es de 42 centavos de dólar por Kwh, que tampoco es el precio internacional. Este último se encuentra en los 60 centavos de dólar por Kwh, es decir que a Córdoba aún le falta un 43 % en dólares para llegar a un precio promedio internacional razonable. Hoy Córdoba tiene un precio un 70 % mayor que en CABA, aún después de los últimos aumentos.

Por lo tanto, sería bueno que los seguidores de la política anterior se llamen a la reflexión pues están actuando en contra de la realidad. Su política era insostenible y ahora que se está corrigiendo deben llamarse a silencio. El cuadro de los datos numéricos y el gráfico con la evolución en el tiempo son más elocuentes que todas las cadenas nacionales que nos vimos obligados a escuchar sobre el tema.

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